Animales Sueltos, donde Pamela es panelista, continuará hasta enero de 2011. Este ciclo televisivo conducido por Alejandro Fantino le permitió a la santiagueña desmarcarse del estereotipo modelo-cara bonita-conductora para lucir otras facetas.
¿Qué te dio Animales Sueltos?
Me sirvió mucho en lo popular. En el interior, el programa se ve muchísimo. Lo que más disfruto de Animales Sueltos es cuando salgo a hacer las notas. No soy periodista, pero desde la curiosidad siento que puedo llevarle a la gente las mismas curiosidades que la gente tiene. Me gusta hacerlo y eso se transmite.
Esto te permite crecer y seguir en un medio tan competitivo…
Es difícil. Es una lucha diaria. Hoy siento que ya me gané un lugarcito, que los medios me tengan mucho respeto y cariño y valoran que mi prioridad sea Felipe (su hijo). Los empresarios que me contratan y el mismo Leandro (Rud, su mánager) saben que mi prioridad es la casa. No es fácil.
Son mis dos grandes amores: mi hijo y el trabajo.
¿Te sientes una comunicadora?
Soy consciente de que soy comunicadora y es peligrosa la palabra. Trato de ponerle humor a todos mis comentarios. Siempre son opiniones personales y con el mayor sentido común.
En la ensalada de lo que es Animales Sueltos está muy marcado los roles de cada uno. Trato de tener siempre los pies sobre la tierra.
¿Necesariamente se debe recurrir al escándalo para trascender?
Ya pasó la parte del escándalo. Antes era una de las vetas que aparecía para las chicas. Había como una cosa que les facilitaba caminos.
Hoy, el semillero es Bailando por un sueño, que hace popular a las chicas.
La televisión, como nuestro propio país, todos estamos un poco violento que en otras épocas. Las peleas que vemos hoy en la TV son casi el 90 % reales. La mayoría, tristemente, es verdad.
http://www.elliberal.com.ar/secciones.php?nombre=home&file=ver&id_noticia=1011048XE
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