Pamela David almorzará con Mirtha Legrand este domingo. La santiagueña, conductora del ciclo Desayuno Americano ya estuvo, en el 2013, con la diva y tuvo momentos de tensión en el diálogo mantenido en aquella ocasión cuando el legendario ciclo se emitía por América.
Las chicanas entre Pamela y Mirtha comenzaron cuando Pamela reveló el supuesto cachet de “Chiqui” para firmar contrato con el canal de Daniel Vila y Mirtha le devolvió la gentileza cuestionándola en su mesa.
“Voy a ir, por supuesto. Espero no pasarla mal, estoy con ganas de que haya paz”, resaltó Pamela cuando le consultaron si asistirá a la mesa Legrand.
Por otra parte, David concedió una entrevista exclusiva a EL LIBERAL en Buenos Aires, donde habló del gran momento que vive con Desayuno.
¿Desayuno Americano se enfocó más en lo periodístico?
Si lo comparamos con lo que fue el primer Desayuno podemos decir que sí. En esta nueva edición, tiene un poco de todo. Hablamos de la actualidad, con Luis Novaresio haciendo sus reflexiones, y le dedicamos gran tiempo al espectáculo.
¿Qué te garantiza tenerlo a Novaresio?
Mucha seguridad. Es un gran profesional. Tiene un gran criterio. Se informa muchísimo. No rellena baches. Él, de algo que no sabe, lo dice siempre. Algo que los periodistas, generalmente, no están acostumbrados a decir es “no lo sé”. Son pocas las veces que no sabe un tema pero cuando no lo sabe no navega en la nada misma. Luis se prepara mucho y habla de lo que sabe.
¿Qué te has propuesto para el 2014 a partir de las características del programa?
Me propuse, en esta vuelta, después de la maternidad de Lola, instalar a Desayuno como programa de la mañana, como programa que te acompañe por las mañanas. Lo que quiero es que, fundamentalmente, el programa se destaque.
Más allá de Desayuno, ¿Te has planteado nuevos desafíos?
Más allá de Desayuno, nada porque Desayuno es mi desafío, estar mejor y de crecer día a día. Es por eso que me preparo, de estar siempre informada, me puse a estudiar periodismo y también un curso de expresión corporal. Mi ideal es seguir creciendo en Desayuno. No me gustaría apostar a otro programa porque me encanta Desayuno Americano.
¿A ese objetivo lo estás cumpliendo?
Me comparo con los comienzos y, no te voy a negar, veo un cambio y un crecimiento. A veces siento que me relajo y empiezo a aflojar porque me siento cómoda. Esto es traicionero. Debo tener la presión del primer día.
¿Cómo te sientes cuándo ves que llegas a la gente sin apelar a desbordes?
Cuando hablamos de esta vuelta imaginamos un programa sin conflictos. En el primer Desayuno me había pasado al revés. No quiero, como conductora, que se me fuera alguien de un móvil, como sucedió con Florencia Peña. No sirve invitar a alguien para maltratarlo. Quiero invitar gente que venga a hablar de sus obras. El artista necesitaba un espacio donde vender sus obras.
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